(Pincha aquí si te has perdido la primera parte de la ruta)
Día 3: del Rifugio Re Alberto al Rifugio Antermoia
La ruta del tercer día comienza volviendo sobre nuestros pasos hasta el Rifugio Passo Principe, esta vez prácticamente sólos por el fondo del valle, ya que no hace tan buen tiempo y es mucho más pronto.
La bajada por las rocas cuesta lo suyo, pero las rodillas nos aguantan sin problemas, y llegamos abajo con energía para tomar de nuevo la subida a buen paso con el fresco de la mañana.
En más o menos hora y media llegamos al Passo Principe (2599m). Una pausa y atacamos la subida al Passo d´Antermoia (2770m), que resulta ser mucho más suave y corta de lo que parecía, a pesar de tener que cruzar un par de pequeños neveros y subir por pedreras resbaladizas.
Son las 11 de la manana, y después de habernos tomado nuestras pausas y hacer mil fotos, el cartel indica que el refugio (fin de la ruta de hoy) está a tan sólo 50 minutos valle abajo.
Pero a la derecha del paso sale un camino que lleva a un pico cercano, cresteando, hasta una cima con una cruz que promete excelentes vistas… Comprobamos el mapa, vemos que va un grupo de gente, y no nos lo pensamos. Enseguida estamos en la cima Scalieret, a 2887m, esperando que se retiren las nubes para ver todo el valle, el refugio de la noche anterior, agujas y masas de rocas por todas partes. Primer gran acierto del día.
Los macizos de roca de los Dolomitas dejan sin palabras. Puedes mirarlos una y mil veces, siempre son distintos. Las distancias engañan, en las paredes rocosas no hay referencias. Una aguja no te parece muy grande y si te fijas bien hay un pequeño puntito rojo… un escalador minúsculo. O de pronto ves una figura en una cima y descubres que está mucho más cerca de lo que parecía. Cambian los colores según pasa el día, los chillidos de las marmotas se oyen a kilómetros, las rocas engullen toda señal de móvil o GPS. Uno podría estar horas y horas mirando alrededor sin decir palabra… escuchando el silencio, el aire, viendo las nubes pasar y los paisajes cambiar…
Tras un tentempié y una bajada algo delicada pero sin problemas, retomamos el camino inicial y antes de la 1 y media estamos comiendo en el Lago d´Antermoia, a pocos metros del refugio de Antermoia (2495m). Una pena que no haga mejor tiempo: aunque el lago no es muy grande, sus aguas son transparentes y no muy frías y se puede nadar sin problemas.
La sorpresa que nos espera al refugio es ¡que los camareros del refugio Antermoia son catalanes! así que pasamos un buen rato charlando con Carlos, que está encantado de poder hablar algo que no sea italiano.
Dejar las cosas, café rico, algo más de charla, y en algo hay que ocupar la tarde antes de cenar… así que tomamos una ruta que sale hacia el sur del refugio, al Passo de Laussa. Segundo gran acierto del día. En poco más de una hora estamos disfrutando de otra panorámica espectacular totalmente solos en Crepes de Laussa a 2766m, salvo por una familia de gamos que anda por ahí…
Bajada al refugio con la sonrisa puesta, asearnos y cena calentita, un poco más de charla, y a dormir, ¡que nos queda un último día!
Tiempo: Incluyendo la Cima Scalieret, pausas, etc. 5h 15′
Desnivel: Incluyendo la Cima Scalieret 646m ascenso / 883m de descenso
Subida a Crepes de Laussa desde el Refugio Antermoia: 1h 30′ / 270m (+bajada, unos 45′)
Día 4: del Rifugio Antermoia a Compaccio
Antes de comenzar la vuelta, nos acercamos hasta el lago, para verlo con la primera luz del día y maravillarnos con sus aguas como espejos y sus reflejos de otro planeta…
Ahora sí, nos despedimos de los impresionantes macizos de roca en los que no crece nada, las afiladas e infinitas agujas de distintos colores y los cortados imposibles.
Volvemos poco a poco hacia el coche y apenas 1 kilómetro después de salir del refugio el paisaje cambia de forma radical; aunque todo el camino de vuelta seguirá siendo precioso. Praderas verdes, cabañas y vacas a lo lejos, mientras bajamos los primeros 500m hasta el paso Durón.
Aquí tomamos la «estrecha y salvaje ruta 555». Así es como la define la guía. Estrecha es, salvaje no tanto. Preciosa y resbaladiza entre praderas y pinos si. Y así en más o menos hora y media llegamos abajo del valle, donde vamos volviendo a la realidad. Ya hay cabañas, coches, y el camino sigue por una pista forestal tomando una última subida de unos 300m hasta tomar el camino n° 7, también precioso, como de cuento, que nos lleva hasta el Rifugio Mahlknechthütte, junto a praderas donde conviven las vacas y las marmotas: las verdes campas terminan junto a la inmensa mole de piedra que hemos rodeado estos 4 últimos días.
Una pausa en el refugio y ya sólo queda hora y media hasta Compaccio, por anchos y suaves caminos una vez más llenos de familias, ciclistas y paseantes. Y es que las vistas, el paisaje, invitan a recorrer esta zona a todo tipo de público.
Para la vuelta a Castelrotto esta vez tomamos el funicular y después el autobús en el valle, que pasa con mucha más frecuencia. Última sorpresa del día: bajar del autobús y encontrar una fuente en mitad del pueblo para remojar los pies. Nos lo hemos ganado.
Eso, y la cerveza, y la pizza, y el capuccino, y el helado. Que para algo estamos en Italia.
Tiempo: 4h 30′
Desnivel: 225m de ascenso / 890m de descenso
Datos prácticos:
Ruta: Circuito del Sciliar y el Cantinaccio
Fuente: Trekking en los Alpes. Lonely Planet
Distancia: Unos 33km
Duración: 4 días
Dificultad: Media-alta
Alojamiento: Conviene reservar pero no suele haber problema de alojamiento en los refugios de la ruta, abiertos de abril a septiembre
Llegada: No se puede subir en coche a Compaccio a partir de las 9 de la mañana. Si se sube antes, el parking cuesta 14€ al día. Opciones: Autobús desde Castelrotto, cada hora y media. Precio 9€/trayecto (no vale I/V si no es en el día). Funicular desde Siusi: 9€/trayecto. Esta última creemos que es la mejor opción.
Agua: Hay en los refugios (en algunos no potabls, mejor llevar pastillas potabilizadoras) pero no en el camino
Comida: Los refugios ofrecen buenas comidas pero la cena de la media pensión cuesta unos 16-25€. Abundante y buena, pero nosotros preferimos llevar nuestro propio hornillo y comida (no se puede cocinar en los refugios ni en las proximidades).
Resumen: Aunque no es la ruta más conocida de los Dolomitas, es impresionante, muy muy recomendable. Es exigente pero las jornadas no son largas con lo que no resulta una paliza. Amantes de la escalada o las vías ferratas, no olvidéis el material…